La categoría de robots velocistas es una competición de coches autónomos donde un robot debe alcanzar a otro en un circuito cerrado marcado por cinta aislante: un clásico de la robótica de competición que se convirtió en habitual en España gracias a aquel fenómeno de masas que era Alcabot.
La limitación de esta categoría es precisamente que los robots no se pueden ver el uno al otro, de forma que no hay realmente una carrera, es más bien una persecución. La velocidad punta lo es todo: no hay estrategia más allá de la aceleración en rectas y el cambio de carril (que ya es complicado de por si).
La LNRC lleva dos años intentando sacar adelante un nuevo modo de competición con adelantamientos bautizado como “carreras de robots” donde el número de robots en pista fuera ilimitado partiendo de la inspiración que representa el “cruce inteligente”, una idea aparecida en la literatura de ficción hace décadas y en proyectos de I+D hace años(en nuestro caso, sín torre de control, todo autocontenido en los robots).
El pasado día 23 de Noviembre por fin se consiguió hacer una carrera con varios coches y cambio de carril (no sin un amplio abanico de anécdotas). Esto no hubiera sido posible sin la ayuda del patrocinador del primer evento que incluirá esta categoría, la empresa GMV y de los constructores de robots Sergio Llopis (K2Robotics), Ruben Espino y Javier Baliñas (Puma Pride) y Miguel Angel y Daniel Julian Aguilar (Jools).
El salto que han dado los competidores es tal que resulta difícil de dimensionar. En la ronda de prueba realizada el pasado día 23 de Noviembre de 2014 se vio que el futuro de la robótica de competición (y por extensión el futuro de esos chavales que dan cursos de scratch y montan piezas de microlog) está más que asegurado.
Google estará haciendo que el coche autónomo navegue solo por las calles, pero no habrá quien tarde en decir “vamos un poco lentos aquí, no?”. Al final los semáforos no estarán en los cruces de carreteras sino en los museos.
Con el nuevo formato de competición damos la bienvenida a las carreras de coches autónomos (de robots) y esto es una novedad mundial. Ningún país ha dado un salto similar y estoy seguro de que las competiciones de Alemania, Japón y Estados Unidos seguirán nuestros pasos en los próximos meses (ya nos gustaría a los fans españoles de los equipos locales que ahí fuera se durmieran en los laureles).
De momento los constructores de la LNRC ya son lideres en España y Latinoamérica y los diseños españoles son referencia al otro lado del charco. El tiempo nos dará o quitará la razón.
Enhorabuena constructores, un sueño hecho realidad.