Hace 8 años un venture angel se dejó convencer para patrocinar un proyecto consistente en usar técnicas de prototipado rápido para desarrollar prótesis para amputados de bajo coste. Por aquel entonces OttoBock era la empresa de referencia en prótesis y sus prótesis costaban una barbaridad, de forma que los organismos públicos cubrían las peores y menos útiles prótesis posibles: palos con goma.
Aparte del precio había un problema obvio, la durabilidad de las mismas, que se rompían constantemente y al ser productos cerrados no se podían arreglar sin pasar por caja. Nuestra idea era usar colada de aluminio y otras técnicas para a partir de diseños 3D conseguir piezas a medida: incluso aun con moldes unitarios era más barato que ir a Otto Bock.
El proyecto se estrelló contra una pared demasiado grande cuando planteé el proyecto en un hospital de referencia y enumeraron los requisitos que las prótesis tendrían para poder hacer las primeras pruebas en humanos… realmente eran prótesis externas al cuerpo y lo más que podía ocurrir es un picor o un pellizco pero la burocracia fue una sentencia de muerte en aquel momento para nuestra feliz idea.
5 años despues, empece a ver como la impresión 3D despegaba y en general no lo veía muy claro: solo veía proyectos caseros para imprimir casos de Vader y causas benéficas que si bién son muy loables, no van a sacar a España del pozo tecnológico en el que se encuentra.
Por eso me alegro mucho de que finalmente se haya conseguido llegar a los medios con el proyecto liderado en España por Federico Coca y Carlos Lizarde que forman parte de la comunidad internacional e-NABLE, de crear prótesis para amputados con impresión 3D. Si esto se convierte en un hábito en España y decenas de diseñadores dedican sus fines de semana a mejorar las piezas y a crear una base de datos de todo tipo de articulaciones y zócalos de actuadores y sensores, podemos darle a la impresión 3D el espacio que se merece en España.
Estoy a favor de que la impresión 3D sea “the next big thing”, pero solo con proyectos concretos y prácticos podremos evitar que sea otro hype. Los amputados realmente se merecen eso.
Tarea aparte es convencer a los amputados de que no necesitan “aparentar” tener piel, que un brazo metalizado o plástico puede ser tan atractivo y más práctico que un brazo humano… pero para ambas cosas queda mucho camino todavía y tendremos que andarlo entre todos o los alemanes lo andarán por nosotros y luego nos arruinarán para que lo podamos disfrutar… con todo el derecho del mundo por cierto.