En Agosto me apunte a un gimnasio, quería aprovechar la época de verano para hacer músculo y esperaba machacarme en un mes trabajando el cuerpo todos los días.
Nada más llegar el preparador me puso los pies en la tierra y me contó que hay que ir poco a poco que el primer mes es de “adaptación” sino quieres acabar en urgencias, eso me dejó chafado y estuve cavilando la posibilidad de ignorar su criterio experto y dejarme los brazos en las máquinas.
En ese momento me recordé a mi mismo dando opinión experta sobre codificación a unos jefes de proyecto que no tenían base informática. Ellos decían que según lo veían ellos les daba igual como estuviera programado el código, ellos solo querían funcionalidad y la querían para ayer.
Es curioso pero si un Arquitecto dice que la casa se debe hacer con buenos cimientos todo el mundo lo entiende, pero si dices que el código no debe apestar ciertas personas (sin la experiencia adecuada) piensan que eres un friki del código (otro día hablaremos de ellos, peligrosa especie por cierto).
La verdad es que el código infumable le cuesta dinero a todo el mundo
– Al programador porque al no entender su propio código le cuesta actualizarlo y mejorarlo y siempre esta quedando mal con sus compañeros y superiores.
– Al jefe del programador porque ve como las horas de trabajo no le salen tan rentables como a sus competidores que SÍ cuidan el código.
– Al cliente que ve como los programadores no tienen a tiempo las mejoras que necesitan.
Conclusión: Cuida tu código como cuidarías la construcción de tu casa o la musculación de tus brazos y espalda. Es más barato.