Entre el 2000 y el 2010 el software español ha sufrido una época olvidable de grandes desarrollos corporativos.  Resulta difícil encontrar desarrollos informáticos realizados en España que destaquen positivamente y sin embargo se cuentan por decenas los productos de software de baja calidad.

Sin entrar a tirar piedras está claro que la temporalidad de los trabajadores ha contribuido al desarrollo de estos sub-productos de software. Si conoce a programadores de entre 20 y 35 años, sabrá que muchos de ellos han ido pasando por diferentes empresas de RRHH (carnicas) y en más de una ocasión se han visto obligados a cambiar su área de especialización.

Es famosa la frase “ahora te pones la gorra de Cobolero” o “tu vas y dices que eres experto en Joomla”, irónicamente estas frases ya fueron preconizadas por Dilbert.

El problema de esto (dejando a un lado ese pequeñísimo e insignificante detalle llamado estabilidad laboral) es que hoy en día hay pocos EXPERTOS. Digo expertos con mayúsculas, llámelo si quiere super-consultores, gurús, evangelistas, da igual la palabra que use, todas han sido ya tergiversadas y restregadas por el fango.

Lo que importa es que tenemos muchos “analistas-programadores” que han tocado un poco de java, un poco de cobol, un poco de documentación y al final, lo que necesitan los sistemas informáticos son expertos.

Planteando un símil médico: necesitamos menos médicos de cabecera y más neurocirujanos y cardiólogos, necesitamos frikis de la informática, pero eso si, con sentido de la realidad, con capacidad para trabajar en equipo y con un ápice de la ética de la que el sistema carece.