Napoleón y Hitler tenían algo en común que les llevó al desastre: llegado un cierto punto tuvieron tantas ansias de grandeza que se metieron en campañas que no podían abarcar.

Hace unas semanas hablaba en roboticspot.com sobre como Motorola estaba descuidando su negocio desde hacía años, hasta tal punto Motorola estaba a la baja que hace dos días Google se pudo permitir la compra de Motorola en efectivo (ni acciones, ni opciones, ni leches, ¡cash!).

Mucho se ha escrito en ingles sobre los motivos de la jugada: el argumento oficial es la guerra de las patentes, la reingeniería de Google TV y sobre todo la defensa de Android frente a Microsoft y Apple pero el análisis detallado plantea las siguientes consecuencias:

–         Google va a fabricar móviles compitiendo con otros fabricantes de móviles que ya soportan Android ¿traición? ¿indiferencia? ¿ego?

–         Google acaba de aumentar su plantilla en un 60% de un día para otro.

–         ¿Sufrirá Google la aplicación de las leyes antimonopolio?

–         ¿Qué tiene que ver la industria del software con la industria del hardware?

Motorola se presenta como un gigante frío que conoció mejores épocas, queda por ver si Google es la pujante y pequeña empresa que era en 2002, porque “insuflar” la cultura corporativa de un gigante frío a otro no suele dar grandes resultados.