Un amigo me pregunta que como conseguí salir adelante así que va para ti:
Lo primero es tener en cuenta que en mi casa los principios eran que había que trabajar duro y que las responsabilidades son para cumplirlas, aparte de que no basta con valer mucho, también hay que hacerse valer. Esto no eran palabras solo, mis padres predicaban con el ejemplo cada día (incluidos fines de semana, sin apenas vacaciones).
Con 12 años en el colegio lo pasé muy mal, me hacían bullying en una época en que no existía el bullying como tal, solo existía el término “pringado”, así que no tuve mucho apoyo, o al menos no el suficiente así que los ordenadores fueron mi refugio.
Me refugie en los ordenadores de la familia más que en las consolas porque siempre me gustó más hacer caminos que seguirlos: Spectrum 48K, 128K, 80286 y así hasta el Pentium. Incluso cuando jugaba al ordenador lo hacía con aventuras gráficas pirateadas que solían venir en ingles (juegos de pensar un montón y de esforzarse inútilmente en ocasiones) y tenía que acabarlas aunque llevara meses. Estas cosas, en mi caso, me forjaron un caracter.
Mi primer contacto con la programación fue a través de los programas en Spectrum Basic que mis hermanos hacían con música, con 13 años terminé mi primer programa enorme.
Con 17 años, mis notas en el colegio habían sido mediocres (típico colegio pijo donde apruebas si o si salvo que seas un bala) y me matriculé en Empresariales (en una época en que la frase de moda era “el que vale, vale, y que el no…”), cuando mi madre vio un anuncio en el ABC que decía “Ingeniería Informática en la UPSAM” y allí acabé, un muy buen consejo.
Básicamente a partir de ahí todo fue solo: estudié mucho, me apunte a grupos de investigación en la universidad y con esfuerzo y suerte saque un 10 en Java y gane un premio en una competición de robótica: me acabaría centrando laboralmente en aquello que me había hecho crecer como persona. De pura chiripa me tocaron profesores como Daniel Garcia, Carlos Soria, Lapazarán y otros (cracks). A los profesores menos buenos me tuve que adaptar.
Cuando terminé la carrera (Diciembre 2002, en pleno post apocalipsis crash .com) envié 12 curriculums, nadie me llamó, afortunadamente el colegio me enseño que caerse está permitido, así que me di de alta como autónomo y empece a hacer lo que fuera dentro de mi especialidad (java) y mi hobby (robótica).
Mis padres empresarios me prestaron una oficina y un taller (40m2 en total) y así empece a conseguir clientes (nunca he tenido un cliente por enchufe), la mayoría por infojobs (en aquella época no había infolancer y era más o menos legitimo proponer servicios freelance en infojobs). Buscaba clientes 10 horas al día sino estaba programando alguno de mis sitios web o haciendo robots.
Di cursos durante años, desarrollé proyectos con colaboraciones puntuales, resolví problemas, la mayoría de las veces buscando la oportunidades por infojobs y poco a poco por el boca a boca dejé de buscar clientes.
Nunca tuve un agente comercial (al menos hasta ahora 2014), nunca hice mal mi trabajo y en muchas ocasiones hice trabajo que era de otros pero que me impedía hacer el mio bien. A veces emprendí proyectos online que fueron mala idea y rectifique a tiempo con humildad.
Cuando llegó la crisis el caldo de cultivo de intermediarios que se había cocinado en España dio lugar a un escenario ideal para expertos independientes: ya no hay pastel para los no imprescindibles, en ocasiones solo puedes esperar tu oportunidad.
¿Cual ha sido mi principal carencia?, sin lugar a dudas, mi principal defecto, fue y es mi incapacidad de aguantar gilipolleces, pero en la última década he mejorado un montón.
Por lo demás estoy muy contento, me encanta despertar por la mañana, doy una palmada y digo “hoy va a ser un gran día”.
Si te centras en las palabras en negrita quedaría que mi clave ha sido: trabajo, valor, predicar, ejemplo, refugio, forjar, caerse, empresarios, rectificar, humildad, esperar, mejorar.