Muchas empresas, productos y servicios han quedado reducidos a poca cosa o han desaparecido totalmente debido al crecimiento de Internet y sus tecnologías relacionadas: las enciclopedias, los arcades, Blockbuster, Nokia, los cybercafes… pero ninguna de estas industrias ha tenido tan mal morir como la prensa escrita y la TV.
Asistimos a diario a una completa manipulación de los hechos por parte de cadenas de televisión otrora relativamente fiables, al menos no iban a contar algo que era totalmente ajeno a la realidad, que era tan fácil como ver un par de videos o leer un par de tweets para desmentir.
Muchas veces se critica a la derecha y a los medios de derecha, hasta el punto de que incluso el Partido Popular se siente más representado por el centro o incluso la izquierda suave que por los principios tradicionales de la derecha.
Pero el auténtico problema no es que existan 2 o 3 medios de los actualmente llamados “fachas”, sino el hecho de que el PSOE (y por extensión el PP cuando gobierne) están creando un tejido clientelar de “relatores” (con alcance incluso en la ONU) donde los datos no importan, lo que importa es controlar el relato para confrontar a hombres con mujeres y a la sociedad entre sí.
Ha llegado el punto donde lanzar y promover campañas para acabar con los medios de prensa tradicional constituye un favor a la democracia porque existen suficientes cámaras, suficientes grabadoras de audio y suficientes influencers no necesitados de mentir para comer que los periódicos y la TV son contraproducentes, ya no funcionan como cuarto poder, sino como un brazo ejecutor de las mentiras de unos pocos gobernantes de ética discutible y procesos judiciales en curso.